Congo sigue en «El corazón de las tinieblas»

Fiuuu….. Es el silbido de un niño congoleño alertando de la presencia del enemigo. Ese silbido será su último aliento de vida. Poco después, morirá. Será víctima de las primeras balas de aquellos a quienes delató. Así viven y así mueren muchos niños soldado en Congo.

Estos niños a los que, de cuajo, arrancaron la inocencia visten con el fusil, la munición y el silbato. Organizaciones como Silbatos Caídos, IRC y Médicos Sin Fronteras contribuyen a salvar a algunos congoleños y ayudarles a reconstruir un futuro. Una tarea difícil y arriesgada en un país sin ley en el que continúa aumentando el reclutamiento masivo de pequeños que son obligados a alistarse después de presenciar las violaciones a sus madres, hermanas, abuelas; los asesinatos de sus padres y familiares cercanos; el saqueo de sus aldeas…

Los niños junto con las mujeres son las principales víctimas en Congo, un país roto en el dolor de un genocidio inacabado, un país en que la violación es un arma de guerra. Durante el verano pasado, en tan solo unos días, centenares de mujeres fueron violadas a manos de milicianos Mai-Mai y rebeldes hutus ruandeses del FDLR. A unos 30 quilómetros del lugar de la tragedia se ubicaba una base de los cascos azules de la ONU. ¿Cómo es posible que no fueran conscientes de lo que sucedía? ¿Miraron hacía otro lado, actuaron con la misma desidia que en Srebrenica? La función de estos militares de la paz es proteger a la población. A posteriori, el organismo se escandalizó y mostró su «indignación» ante los hechos y en noviembre el Consejo de Seguridad aprobó la Resolución 1952, toda una declaración de principios. Esta condena quedó en papel mojado en muchos aspectos, especialmente, en cuanto a la protección de las mujeres que han seguido siendo utilizadas como arma de guerra: MSF, muy comprometida en Congo, denunció en enero un nuevo ataque masivo y humillante de violaciones.

La MONUSCO, antes MONUC, es la misión especial de Naciones Unidas que se encarga del mantenimiento de la paz en Congo. En esta operación prorrogada se debe proteger la «dignidad», como señala HRW, de los millones de desplazados por culpa del conflicto. Pero… ante la sucesión de atrocidades que han tenido lugar con la ONU como testigo dentro de Congo, la pregunta se responde sola: ¿Está garantizando la mayor misión de las Naciones Unidas en su historia –con un presupuesto de más de 1.000 millones de dólares– la paz, la seguridad y los derechos humanos?

Paradójicamente a la poca protección del pueblo congoleño desde tiempos de la soberanía belga, sus tierras ricas en materias primas son una fuente ingente para las compañías multinacionales. Oro, plata, cobre, zinc y el coltán necesario para fabricar los móviles son algunas de sus joyas explotadas con mano de obra esclava. La barbarie que hace más de un siglo relató Joseph Conrad en «El corazón de las tinieblas» sigue vigente. La célebre obra nos muestra, a través del viaje de Marlow, la ilimitada codicia que corrompe las conciencias del ser humano que le lleva a expoliar, el marfil en el caso que relata Conrad, en nombre de la civilización. El horror que describe «El corazón de las tinieblas» no ha pasado a la historia, estas atrocidades se siguen cometiendo. ¿Cuándo Congo dejará de ser una verdad incómoda?

En noviembre Congo tiene una cita con las urnas. La transparencia e igualdad en este proceso puede ser una oportunidad de avanzar en la lucha por los de derechos humanos. Este 2011 podría ser también el año en que Congo coja el testigo pacífico iniciado por Patrice Lumumba en 1960… Este vídeo es una inyección de esperanza.

Acerca de rosarodriguezh

Periodista
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2 respuestas a Congo sigue en «El corazón de las tinieblas»

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  2. Hello Rosa,

    Thank you for sharing our story with your readers and speaking up for peace in Congo. It is exciting to see one story being spread through other languages.

    This is a fight for the Us’s. Together, we can work toward a world freer than our fathers.

    Thank you for being a whistleblower for peace.

    -The FW Crew

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